Empezaba mi segundo día en Nueva York. El jet lag lo tenía un poco más controlado aunque igualmente me levanté suuuuper temprano y tuve que hacer algo de tiempo antes de salir a la calle. Ese día tenía decidido visitar de arriba abajo el Central Park así que cogí el metro hasta la parada "Cathedral Pkwy, 110 St" (lineas azul A o naranja B) que me dejó justo en la parte norte del parque. Antes me había comprado para desayunar un café y un donut (al estilo Homer Simpson) en uno de los miles de carritos que hay en Times Square y, para mi sorpresa, ví un camión de Estrella Damn nada más salir del hotel!! Me hizo mucha gracia!
Fuí paseando tranquilamente por uno de los muchos caminitos que hay en el parque, viendo a mucha gente pasar con la bici o hacer running (totalmente como se ve en las películas), incluso algún que otro vehículo. Me fuí adentrando en la naturaleza y hubieron momentos en los que pensé que me había trasladado a otro lugar ya que no se oía apenas ruidos y los rascacielos habían desaparecido!
Después de un ratito de paseo llegué al gran lago, el lago Jacqueline Kennedy Onassis. Se extiende a lo largo de 43 hectáreas y se puede ver a bastante gente corriendo a su alrededor (preparándose para la famosa maratón neoyorquina?). Las vistas desde todos los angulos son preciosas ya que se pueden ver muchos de los edificios que componen el skyline.
Su entrada está incluida en el NewYork Pass así que lo "sellé" en las taquillas y entré (si no recuerdo mal pude saltarme toda la cola, aunque no estoy 100% segura, hace ya dos años de este viaje jejeje).
Posee más de dos millones de obras de arte de todo el mundo y sus colecciones abarcan desde tesoros de la antigüedad clásica a pinturas y esculturas de casi todos los maestros de Europa y una gran colección de obras estadounidenses. El museo també posee muchas obras de arte egipcio, africano, asiático, de Oceanía, Oriente Medio, bizantino e islámico.
Para mí, el mejor museo que he visitado hasta la fecha. Me encantó todo lo que vi y me hubiese quedado mucho más tiempo observando detenidamente todas las obras de arte que alberga. Lo recomiendo encarecidamente ya que yo no soy mucho de museos y me suele aburrir bastante visitarlos pero me llevé una muy grata sorpresa con éste.
Cuando salí del museo mis tripas empezaron a recordarme que era hora de comer, así que compré un Hot Dog y una bebida en uno de los carritos que hay en la misma puerta y me senté en las escalinatas de la entrada a comer mientras escuchaba a un grupo tocar. Lo hicieron muy bien y me amenizaron la comida y el rato de descanso (mis pies empezaban a quejarse de tanto caminar).
Una vez cogí fuerzas, volví a entrar a Central Park por la parte sur del MET y seguí caminando tranquilamente. A partir de aquí, muchas de las zonas que pude ver me parecieron muy familiares gracias a la cantidad de películas americanas que se han grabado en ellas. A quien no le suena el embarcadero, el Hotel Plaza o la explanada donde poder jugar un partido de beisbol o hacer un picnic?
Salí de Central Park por la esquina de la Quinta Avenida, donde se encuentran muchos carruajes tirados por caballos que te llevan a dar una vuelta por el parque. La verdad es que no me gusta nada ver a los pobres animales pasando calor y tirando de tanto peso, pero qué se le va a hacer...
Seguí caminando por la Quinta Avenida en dirección sur y al llegar a la altura de la calle 42 me encontré con la Biblioteca Pública. Con lo que me gustan los libros no podía dejar de visitarla!! Es una de las bibliotecas públicas más grandes de los Estados Unidos con uno de los sistemas de búsqueda de información más extensos. Hay que pasar un control de seguridad y es gratuita.
Volví a caminar hacía el sur por la Quinta Avenida hasta llegar a la intersección entre ésta y Broadway. Aproveché para comprarme Sushi en uno de los miles supermercados asiáticos de la ciudad y me lo comí sentada en el parque Madison, rodeada de los pequeños roedores y con vistas al famosísimo Flatiron Building. En la mayoría de zonas públicas hay mesitas y sillas de colores verde o rojo (del estilo Ikea) para que la gente se siente a comer, leer, descansar o jugar al Party, por ejemplo!! Jejeje
Para terminar el magnífico día que había tenido, me pasé por la tienda de Victoria's Secret que hay en la calle 34 con la sexta avenida y me volví loca comprando ropa interior, bikinis y cremas hidratantes!! (Éstas últimas también como regalo para mis amigas). Desde ahí, cogí el metro para volver al hotel y descansar (era sólo una parada pero mis pies me estaban gritando que necesitaban reposo!!). Al día siguiente me esperaba otro maravilloso día!
Besos de Cris!
Fuí paseando tranquilamente por uno de los muchos caminitos que hay en el parque, viendo a mucha gente pasar con la bici o hacer running (totalmente como se ve en las películas), incluso algún que otro vehículo. Me fuí adentrando en la naturaleza y hubieron momentos en los que pensé que me había trasladado a otro lugar ya que no se oía apenas ruidos y los rascacielos habían desaparecido!
Después de un ratito de paseo llegué al gran lago, el lago Jacqueline Kennedy Onassis. Se extiende a lo largo de 43 hectáreas y se puede ver a bastante gente corriendo a su alrededor (preparándose para la famosa maratón neoyorquina?). Las vistas desde todos los angulos son preciosas ya que se pueden ver muchos de los edificios que componen el skyline.
Lo bordeé por el lateral derecho y seguí caminando sin prisa observando a las graciosas ardillas que campaban a sus anchas por todo el parque (por éste, y por la mayoría de parques que hay en la ciudad!). Es impresionante como pueden estar tan tranquilas con la cantidad de gente que hay. Una vez pasé el lago, llegué a la altura de la calle 86 y me dirigí hacia el Museo Metropolitano de Nueva York (MET).
Posee más de dos millones de obras de arte de todo el mundo y sus colecciones abarcan desde tesoros de la antigüedad clásica a pinturas y esculturas de casi todos los maestros de Europa y una gran colección de obras estadounidenses. El museo també posee muchas obras de arte egipcio, africano, asiático, de Oceanía, Oriente Medio, bizantino e islámico.
Para mí, el mejor museo que he visitado hasta la fecha. Me encantó todo lo que vi y me hubiese quedado mucho más tiempo observando detenidamente todas las obras de arte que alberga. Lo recomiendo encarecidamente ya que yo no soy mucho de museos y me suele aburrir bastante visitarlos pero me llevé una muy grata sorpresa con éste.
Cuando salí del museo mis tripas empezaron a recordarme que era hora de comer, así que compré un Hot Dog y una bebida en uno de los carritos que hay en la misma puerta y me senté en las escalinatas de la entrada a comer mientras escuchaba a un grupo tocar. Lo hicieron muy bien y me amenizaron la comida y el rato de descanso (mis pies empezaban a quejarse de tanto caminar).
Una vez cogí fuerzas, volví a entrar a Central Park por la parte sur del MET y seguí caminando tranquilamente. A partir de aquí, muchas de las zonas que pude ver me parecieron muy familiares gracias a la cantidad de películas americanas que se han grabado en ellas. A quien no le suena el embarcadero, el Hotel Plaza o la explanada donde poder jugar un partido de beisbol o hacer un picnic?
Salí de Central Park por la esquina de la Quinta Avenida, donde se encuentran muchos carruajes tirados por caballos que te llevan a dar una vuelta por el parque. La verdad es que no me gusta nada ver a los pobres animales pasando calor y tirando de tanto peso, pero qué se le va a hacer...
Seguí caminando por la Quinta Avenida en dirección sur y al llegar a la altura de la calle 42 me encontré con la Biblioteca Pública. Con lo que me gustan los libros no podía dejar de visitarla!! Es una de las bibliotecas públicas más grandes de los Estados Unidos con uno de los sistemas de búsqueda de información más extensos. Hay que pasar un control de seguridad y es gratuita.
Volví a caminar hacía el sur por la Quinta Avenida hasta llegar a la intersección entre ésta y Broadway. Aproveché para comprarme Sushi en uno de los miles supermercados asiáticos de la ciudad y me lo comí sentada en el parque Madison, rodeada de los pequeños roedores y con vistas al famosísimo Flatiron Building. En la mayoría de zonas públicas hay mesitas y sillas de colores verde o rojo (del estilo Ikea) para que la gente se siente a comer, leer, descansar o jugar al Party, por ejemplo!! Jejeje
Para terminar el magnífico día que había tenido, me pasé por la tienda de Victoria's Secret que hay en la calle 34 con la sexta avenida y me volví loca comprando ropa interior, bikinis y cremas hidratantes!! (Éstas últimas también como regalo para mis amigas). Desde ahí, cogí el metro para volver al hotel y descansar (era sólo una parada pero mis pies me estaban gritando que necesitaban reposo!!). Al día siguiente me esperaba otro maravilloso día!
Besos de Cris!